martes, 19 de junio de 2007

CARLOS BERLANGA SÍ QUE TENÍA EL FACTOR X



En la segunda entrada de Tiburones en Korador -que ya cumplió hace unos días su primer mes de vida y está causando furor entre las masas obreras y campesinas, como diría una buena amiga- hablábamos de Factor X, el programa musical de la Cuatro, en el que depositábamos bastantes expectativas, porque: uno de los jurados era Miqui Puig; por su montaje trepidante con guiños a la subcultura cómic -esa Sala de Veredictos, las poses del tribunal, lo disparatado de los cástings..- y porque, pensábamos, era una revisión del género caza nuevos talentos con su dosis de mordacidad y mala leche. Vamos, que parecía que Factor X podía ser a las Operaciones Triunfo lo que Don Quijote a las novelas de caballería o Madame Bovary a la novela romántica. PERO QUÉ ULTRA EQUIVOCADOS QUE ESTÁBAMOS.
El programa ha resultado ser una mendacidad total, porque prometía algo que no sólo no ha cumplido, sino que ha ido rebajando su categoría hasta convertirse en el peor de los realities musiqueros, y con todo dispuesto totalmente en serio. Gente de primera es una obra de arte catódica en comparación con esta bazofia televisada en la que hemos de sufrir además al ver cómo nuestro querido Miqui Puig -acompañado de ese espanto de jurados, Jorge Flo parece salido del consultorio de Elena Francis- elogia y califica de grandes artistas a espantajos de tres al cuarto que se desgañitan cantando la mierda de siempre, con toda la sarta de tics consabidos. La única chica que podía haber tenido el factor dichoso, Natalia, fue arrojada a los avernos y quienes daban juego teatrero, las Ladies del Swing, expulsadas por el público. Que les den; lástima de temps perdu.

Y lo que no fue para nada temps perdu fue el concierto al que fui el viernes con José Ángel, en la Siroco -qué entrañable sala-, un homenaje a Carlos Berlanga en el quinto aniversario de su muerte, a cargo de muchos grupos y con Paco Clavel como maestro de ceremonias. El Resto -que se marcaron una excelente versión de Sólo por hoy, una de las joyas de Deseo carnal-, Estudio 80, Sal de mi Vida, Devon Miles, José Álamo con Mercado Negro y Fernando Márquez el Zurdo -el único que conocíamos previamente- fueron alternando grandes hits del maestro con Kaka de Luxe, Pegamoides y Dinarama -Ni tú ni nadie, Cómo pudiste hacerme esto a mí, Bailando, Perlas ensangrentadas,...- con canciones igualmente o más emblemáticas pero menos conocidas por el público -Rosario, Llegando hasta el final, mi favorita, y temas de sus últimos CDs en solitario, como Impermeable, para mí y para muchos uno de los mejores discos de la historia del pop español reciente que, ay, pasó desapercibido, una vez más por la ceguera y racanería de la industria-.
Pero a lo nuestro: el concierto fue una gozada, la gente encantadora -yo acabé cantando en el escenario con los músicos y con Paco Clavel Ni tú ni nadie, al final de la sesión-, José Ángel hizo una vez más gala de su bisexualismo militante, descubriendo los variados atractivos de músicas y músicos -y en uno coincidimos, el batería del -ejem- creo que eran Devon Miles -un grupo de Guadalajara-, un chico de esos que destilan belleza -sin ser guapos del todo- al andar, al moverse, al mirar y que son absolutamente inconscientes de ese encanto que su ingenuidad multiplica-. Y como la sala es tan pequeña, pues había oportunidad de felicitarles a todos y de ver a los célebres asistentes -Jorge Berlanga, Ray Loriga- de cerca. Volvimos por Malasaña felices y contentos -muy contentos, menuda resaca nos esperaba al día siguiente-.

Y, acabo ya, una noticia que os va a dejar muertas. LIZA MINNELLI ACTÚA EN MADRID EN AGOSTO. Habrá que planificar las vacaciones teniendo muy en cuenta esa cita que por nada del mundo nos podemos perder.

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