viernes, 1 de junio de 2007

SAN JEAN DE BREST


De toutes les Centrales de France, Fontevrault est la plus troublante. Vuelvo a releer el comienzo de "Miracle de la Rose", la novela de Jean Genet. De todas las prisiones de Francia, Fontevrault es la más turbadora. Es curioso lo que me está pasando con este libro, lo inicio y llego a un punto -como la página 40 o así- en que vuelvo a empezar, como si estuviera jugando a la oca y cayera en la calavera.

Eso me recuerda lo que sucedió cuando mi hermana, siendo muy chica pero ya precoz lectora -un renacuajo resuelto de pelos ondulados y rubioscuros, la niña más guapa que ha habido en el mundo- rehusó la lectura del álbum de La Pequeña Lulú que le habíamos ofrecido, seguros de que le iba a encantar -mi madre nos los compraba a finales de los sesenta, eran tebeos irresistibles, con el gracejo añadido de la traducción mexicana-. Pero ella, en una actitud muy propia de una tía nuestra muy querida, pareció hacer pensado: "Este tebeo no lo voy a leer, no estoy segura de que me guste o de que haya llegado el momento, en todo caso lo haré cuando yo lo decida y no cuando los demás lo digan". Y un día nos sorprendió oir su carcajada irrefrenable y desatada porque había leído la primera página del libro y le había parecido tan jocosa que no podía parar de reír, tanto que decidió que, de momento, se iba a detener en ella, quién sabe si para racionar el deleite y evitar un desparrame que pudiera desdibujar el conjunto -toda una actitud filosófica ante la vida- o para retener en la memoria los trazos fundamentales de las viñetas que tanto divertimento le habían proporcionado. Y así estuvo durante un tiempo hasta que prosiguió con la lectura -que fue, doy fe de ello, muy provechosa- y lecturas subsiguientes de la redicha Lulú y sus amigos.

El efecto bumerán de este libro de Genet a cuyo comienzo una y otra vez vuelvo no sé si explicarlo por la dificultad que todavía encuentro con la literatura en francés o porque me parecen tan bellas y profundas las imágenes que voy descubriendo, que deseo y necesito retomarlas antes de proseguir, para asegurarme de que van a seguir a mi lado. De momento -aunque leí hace muchos años "Querelle de Brest" no la entendí del todo bien, y la película de Fassbinder más que fascinarme me aturdió; Genet es para mí un descubrimiento de ahora- lo que sí pienso es que este autor, más que maldito -etiqueta que en su momento tendría sentido, pero que ahora no dice mucho- es un verdadero místico.
El joven delincuente Jean Genet deambula por las prisiones más reputadas de Francia y desarrolla allí un amor tan intenso -y muchas veces correspondido- por los otros reclusos que trasciende lo erótico y se eleva a lo sobrenatural, especialmente con condenados a muerte como el mítico Harcamone, un hombre de epopeya, fundamental, que podía haber sido compañero de Ulises en la odisea. Se transfigura, sumergido en un éxtasis de emociones y de palabras que lo han convertido ya, y cada vez más, en uno de los escritores esenciales en lengua francesa, mucho más allá del reducto homosexual en que pretendieron encasillarlo. Su admiración de la fisonomía masculina no tiene fin, como observamos en la precisa pero detallada descripción de Bulkaen, uno de sus amores más amados -valga la redundancia- que casi me ruboriza transcribir, y por eso no lo haré. Nos quedamos con las consideraciones posteriores:

Je fus trop touché par les éclats de sa beauté pour oser dire un mot de plus. Je ne parlai de lui à personne, mais j´emportais dans mes yeux le souvenir d´un visage et d´un corps éblouissants. Je priai afin qu´il m´aime. Je priai qu´il soit bien tel qu´il faut être afin de pouvoir m´aimer. Je savais déjà qu´il me conduirait à la mort. Je sais à présent que cette mort sera belle. Je veux dire qu´il fut digne que je meure pour lui et par lui. Mais qu´il m´y conduise très vite. Enfin, tôt ou tard, ce sera par lui. Je mourrai d´usure ou brisé.

Suena tan bien que sobra toda traducción. Qué más da. La música está ahí. Se nota que tengo examen de francés, qué le vamos a hacer. Y un último apunte, porque parece que se dio bien la reunión Zapatero-Sarkozy: ¡Viva Europa diversa y unida! Y los países que no quieran, que se vayan y nos dejen a los demás.

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